miércoles, 12 de septiembre de 2012

Machelari, el garante de la impunidad


¿Por qué sigue estando un personaje tan oscuro y turbio como Luis Machelari en la gerencia del Club? ¿No había prometido la nueva Comisión apartarlo de su cargo?
En La Posta te contamos todo sobre la continuidad de Machelari, su nueva amistad con Spinosa y cómo Portell sigue haciendo negocios en el Club a través de su gerente y mano derecha.

Luis Machelari se presentó en la lista opositora a Eduardo Spinosa por dos motivos. Primero, para continuar ligado al portellismo, y aquí es imposible olvidar que el gerente fue uno de los que trababa las puertas de la Sede haciendo fuerza para que los 
socios no pudieran entrar a reclamar y recuperar el Club. Segundo, para poder lograr esos diez días que se extendían hasta los comicios en caso de haber dos listas. Caso contrario, la UB hubiese asumido al día siguiente. Con eso, ganó tiempo para sacar papeles comprometedores de la Sede, y para dibujar varias cuentas que luego, con la ignorancia de la actual Comisión, pasaron como si nada.
Las primeras horas de asumida la comisión de Spinosa, muchos le salieron al cruce al gerente diciendo que iba a ser el primer despedido y que había videos de él llevándose cajas de su oficina. Pero la orden cayó del cielo y fue contundente: “No lo agredan más, que lo necesitamos para varias cosas”.
De un instante al otro, el telegrama se esfumó, Tucker se guardó sus más de diez twits agresivos contra Machelari, los dirigentes de la UB ya no lo critican en la puerta de la Sede y hasta toman varios cafés con él, y el nuevo tesorero Mariano Fernández va y viene junto al turbio Luis casi como mejores amigos.
Pero volvamos a sus primeros días en Banfield. Hombre de confianza de Portell, Machelari fue ascendiendo desde repartir bandejas con sándwiches en Relaciones Públicas hasta ser el gerente del Club, con un poder casi total sobre las finanzas. Cuentan que el nefasto ex presidente, en su círculo íntimo, siempre contaba que Machelari era su mano derecha para los negocios dentro del Club y Clide Díaz su testaferro para las negociaciones vinculadas con los refuerzos que se hacían por fuera.
Por eso nunca pudo echarlo, incluso cuando lo pensó en varias oportunidades. Machelari sabe mucho, no sólo de Portell, ni siquiera de Spinosa sino de algo peor. De Portell y Spinosa juntos, en la actualidad.
Ayer, sus bicicletas financieras le permitieron a Banfield zafar un par de veces, pero no hicieron más que endeudarlo hasta niveles impensados. Hoy, Machelari, principal culpable del endeudamiento millonario, es una de las personas de confianza de Spinosa. Lejos está el nuevo presidente de echarlo como había prometido y mucho menos de investigarlo como se anunció en la campaña. ¿Qué pasó en el medio? Las elecciones ya se ganaron, las promesas quedaron atrás. Todo sigue igual, el pacto Portell-Spinosa tiene en una de sus patas fundamentales la continuidad de Machelari porque, claro está, eso asegura que no haya un freno en los negocios de Portell.