Se sabe que la mayoría de los refuerzos de los últimos años fueron de regular hacia malos. Sobran los nombres de jugadores que parecían estrellas y terminaron estrellados. Todo terminó con la forzada partida de Clide Díaz, quien supo ser gerente de fútbol durante toda la era Portell. ¿Cambió algo? En la previa había que pensar que sí. Primero, porque el “No traer por traer” fue una frase que rebotó por todos los pasillos de la Sede y el Estadio como muletilla de campaña de la actual Comisión.
Lo cierto es que para esta temporada se sumaron Lihué Prichoda (quedó libre en Racing y era suplente en Chile), Zamponi (ni Garnero lo ponía en San Juan, jugaba en un combinado local con sus 27 años), Zarif, Caputo (estaba a prueba, se desconoce si seguirá), Leiva, Iván Pérez (en Independiente nos agradecen), Pablo López (tiene más de 30 y googlearlo es complicado) y Galarza.
La excusa del descenso y un nuevo desmantelamiento del plantel llevaron a que los socios aún no critiquen el nivel de los refuerzos, pero sí esperen ansiosos para poder evaluarlos a partir de lo que generen en la cancha.
Al que esperan también es a Salinas, un delantero que apenas marcó 10 goles en 88 partidos entre Godoy Cruz, Central y dos clubes mexicanos.
Lo cierto es que para esta temporada se sumaron Lihué Prichoda (quedó libre en Racing y era suplente en Chile), Zamponi (ni Garnero lo ponía en San Juan, jugaba en un combinado local con sus 27 años), Zarif, Caputo (estaba a prueba, se desconoce si seguirá), Leiva, Iván Pérez (en Independiente nos agradecen), Pablo López (tiene más de 30 y googlearlo es complicado) y Galarza.
La excusa del descenso y un nuevo desmantelamiento del plantel llevaron a que los socios aún no critiquen el nivel de los refuerzos, pero sí esperen ansiosos para poder evaluarlos a partir de lo que generen en la cancha.
Al que esperan también es a Salinas, un delantero que apenas marcó 10 goles en 88 partidos entre Godoy Cruz, Central y dos clubes mexicanos.
